El análisis del papel que desempeña la tecnología como elemento básico de competitividad empresarial han sido objeto de análisis por parte de numerosos autores a lo largo del la década de los años 80.
El incremento que se produce en dicha década en el número de publicaciones sobre la importancia estratégica de la gestión de la tecnología no es fruto de la sarcoma sino que constituye la respuesta una serie de cambios radicales que se producen en el entorno empresarial han largo de la década anterior la década de los 70.
A principios de la década, en 1971, se produce la rotura del sistema monetario internacional con la primera evaluación del dólar, en un intento de reducir el creciente déficit comercial estadounidense derivado de la caída de la competitividad de sus productos de tecnología alta y media de los mercados internacionales, frente al empuje creciente de los productos alemanes japoneses.
En 1973, la crisis del petróleo provocó una subida de los costes de la energía que hasta veinte veces en un corto periodo de tiempo el coste del barril de petróleo pasa de 175 al 34 dólares en menos de dos años. El impacto que se produce sobre los procesos en industriales provocó la necesidad de una reconversión urgente de los mismos, tratando de reducir el costo energético de la producción.
El ahorro energético es el concepto clave los procesos de reconversión e industrialización, convirtiéndose la tecnología de procesos en protagonistas centrales del cambio.
La la electrónica se convierten la tecnología clave de la diversificación y el mercado de nuevos productos informáticos en el mercado de mayor crecimiento la tecnología de productos se convierten de esta forman un factor estratégico del desarrollo empresarial el crecimiento de los presos se hace independiente de la evolución de los mercados, apareciendo la inflación de costes provocado por el incremento del coste de la energía, las materias primas, los salarios y los tipos de intereses. Este fenómeno pone en cuestión las políticas keynesianas orientadas a combatir la inflación de demandas en condiciones muy cerca al pleno empleo.
La automatización en información de los procesos productivos administrativos colocan a las nuevas tecnologías en el centro atención de las estrategias empresariales, orientadas a la reducción de costes de los incremento de productividad. Sorprendentemente desarrollo tecnológico se convierten un arma poderosa en la lucha contra las nuevas modalidades de inflamación.
Las emergencias de nuevos polos industriales y los tecnológicos en diversos países del sudeste asiático, con empresas capaces de utilizar tecnologías avanzadas de producción con ventajas comparativas de costes, obligan a las empresas de los países desarrollados a tratar de sustituir políticas de competencia basadas en el precio del políticas de competencia y principalmente, renovación tecnológica comienza a ser considerados como factores claves de la competitividad y, por tanto, componentes básicos de las nuevas políticas industriales.
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